Historias cruzadas: Casa en ninguna parte
Hace ya tiempo que Horacio Cavallo (Montevideo, 1977) ha demostrado ser uno de los escritores más interesantes de su generación. Escritor de poesía y narrativa, tanto para adultos como para niños, sus libros son siempre sustanciales, llenos de gran valor, exigentes de una lectura atenta.
En Casa en ninguna parte, demuestra su maestría para componer historias mínimas que resuenan a una película de Lucrecia Martel, con antihéroes tan reales como cualquier lector, con situaciones que están siempre al borde del cataclismo y con atmósferas enrarecidas, como una tarde de verano que terminará sí o sí con tormenta.
En eso se parece mucho a la literatura de otros de sus contemporáneos: a los también uruguayos Daniel Mella y Damián González Bertolino o a los argentinos Samanta Schweblin y Mariano Quirós. En todos ellos hay algo común, que también parece una consecuencia de su generación: cierto manejo de la violencia y la crueldad, en distintos niveles y con diferentes resultados.
une dos historias a través de un mismo espacio y ambas historias están marcadas por esa violencia que resurge no de situaciones extremas sino de la más pura y contemporánea cotidianidad, lo que refuerza la dureza del relato.
Dos situaciones distintas vivenciadas en la misma casa de campo, pero en tiempos distintos. Por un lado, un fin de semana de asado entre compañeros de trabajo, lleno de bromas pesadas, de whisky y de deseo sexual impuesto; por el otro, la vivencia en ese mismo sitio de una familia desmembrada por la tragedia, un matrimonio joven carente de comunicación, de afecto, de ternura. Una pareja unida por el pasado y el miedo.
Lo impresionante del relato es la capacidad de Cavallo para desnudar las situaciones, los diálogos, los gestos, las carencias, los odios, los recuerdos. A medida que la historia avanza, ambas situaciones van incrementando la tensión para llegar a un final explosivo, corrosivo, repulsivo. Y al final, uno se queda con la sensación de que conoce muy bien eso que les pasa a los personajes aunque no pueda actuar jamás de ese modo. Es que en definitiva, todos sabemos lo que es la crueldad.